viernes, 25 de septiembre de 2009

Sor Juana tampoco tenía suerte

Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.


Al que trato de amor, hallo diamante,
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata,
y mato al que me quiere ver triunfante.


Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.


Pero yo, por mejor partido, escojo
de quien no quiero, ser violento empleo,
que, de quien no me quiere, vil despojo.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Ayer perdí mi libro de "Speak"... laif jas nou sens enymor

Pues sí... así. Lo olvidé en un Samborns, estoy casi segura. Amo ese libro y no es cualquier libro. Es algo material, lo sé; puedo conseguirlo fácilmente, eso no es problema. Pero ese era MI libro. Tenía una etiqueta con mi nombre, mis anotaciones, mis líneas favoritas; incluso llevaba dentro el primer autógrafo que un artista famoso me dio cuando yo tenía dos años.

Puedo continuar leyendo cualquier otro "Speak". Ya sé cómo acaba la historia. Puedo ver la película. Pero jamás podré recuperar mi libro y eso me entristece. ¿En qué manos se encontrará ahora? Sólo espero que sepan apreciarlo tanto como yo lo hice y si algún día el destino desea que volvamos a encontrarnos mi libro y yo, así será.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Confesión de un punto débil

La edad es relativa, y la mía es relativamente corta. Sin embargo, a lo largo de ésta he encontrado una cosa interesante sobre las mujeres, y es que supuestamente nosotras aprendemos sobre el amor antes que los hombres. Yo siempre he sido una loca desde niña. Me acuerdo de todos los hombres que me han hecho sentir mariposas en el estómago desde que tenía 4 ó 5 años. Claro que a esa edad era más como un juego. Entonces crecí… a los 13 años tuve mi primer “novio”, pero sólo era de cartitas y msn (sí; el amor virtual recién comenzaba a darse en ese entonces). En la escuela prácticamente nos ignorábamos, y yo estaba muy contenta así. Para mí seguía siendo un juego eso de los novios… era un accesorio para elevar mi ego, nada más. Después terminé con él por tonterías de niños 3 meses después, y anduve con otro al poco tiempo. Con ese último duré 4 días (tiempo récord en la historia de los noviazgos) porque no quise darle un beso y yo prefería a mis amigas que a él. Mis amigas me celaban. Por culpa de ese niño perdí a mis amigas porque resulta que era el niño con el que todas ellas querían. Me traicionaron, pese a que él me haya dejado por haberlas preferido a ellas antes que a él. Claro que me sentí muy mal y tardé años en superar ese golpe, porque si hay algo que yo valoro mucho es una amistad pura, en la que las amigas no dejan de hablarse jamás por un hombre. Pero de esas hace tanto tiempo que no he podido encontrar…

Simplemente a esa edad yo no podía estar loca por un niño. Y me sentía como bicho raro al estar rodeada de niñas que se ponían loquitas por cualquier cosa. “Me volteó a ver”, “se metió al baño: ¡tras él!”, “Ay, cómo me gustaría tener un novio y que me bese…”, etc. Cuando tuve “novio”, se emocionaron más ellas que yo. Y yo jamás he comprendido por qué. Yo me sentía más plena sabiendo que tenía amigas. En fin… durante la edad “normal” en la que las niñas tienen esos ataques de enamoramiento, a mí jamás me ocurrió. No sentía la necesidad de tener un novio. Claro que me gustaron muchos niños, pero jamás lo consideré algo suficientemente importante como para intentar algo con ellos.

A estas alturas creo que tal vez fue un error. Jamás pude aprender las tácticas de cómo coquetear o conseguir la atención de un chico. Mientras que las demás niñas practicaron y practicaron hasta que al fin consiguieron lo que querían, yo sólo las tachaba de ridículas y rogonas. Yo jamás me he arriesgado en ese aspecto por temor, entre otras cosas, a verme ridícula y necesitada. Romance, sexo, amor y compañía son cosas que jamás he necesitado. Quizás a veces, como en estos momentos, son cosas que no rechazaría, pero puedo prescindir de ellas. Lo que me preocupa es que desde entonces, cada vez que conozco a un hombre que realmente me interesa, no logro jamás captar su atención. Y lo que es peor: en la mayoría de las ocasiones se enamora de alguna de mis amigas gracias a mí. Y soy tan buena amiga, que termino haciéndola de Cupido. Es una historia que se repite y se repite. En un principio lo atribuía a la supuesta carencia de atractivo físico que yo creía tener, pero incluso esa es una razón muy estúpida. He visto gente muy poco atractiva con una pareja, entonces ¿qué es lo que me impide encontrar a alguien que me corresponda? ¿Por qué son mis “amigas” las que terminan mi trabajo una vez que encuentro un hombre que me gusta? Soy muy buena persona, tengo metas en la vida, soy muy soñadora y estoy trabajando duro por realizar esos sueños… Finalmente he llegado a una conclusión. Ha de ser que yo no sé flirtear. No sé cómo funciona el famoso juego de las miradas. No sé iniciarlo ni sé continuarlo. No sé sacarle provecho a mi aspecto (aunque me gusta mucho mi cuerpo). No sé ser otra cosa más que yo misma, aunque eso implique fingir fortaleza e indiferencia ante los hombres. ¿Será que si me detuviera un momento a responder las miradas de los chicos cuando voy caminando en vez de pasarme de largo y directo a donde voy, llamaría su atención? Sin embargo, eso me cuesta tanto trabajo. Soy tan insegura en el fondo, que me esfuerzo demasiado en aparentar lo contrario ignorando las miradas. Me sería mucho más fácil si ellos simplemente se acercaran a mí, pero creo que es altamente factible que no lo hagan porque me tienen miedo. O eso, o simplemente soy demasiado “normalita” como para despertar su interés… Lo cierto es que es un martirio recordar todas las veces que pude haber experimentado el amor de pareja (el hecho de que no lo necesite, no quiere decir que no me gustaría conocerlo jamás) y logré que alguien que me gustaba se interesara por mí, y no pasó nada por mi temor a los riesgos. A todos ellos los dejé ir con una supuesta amiga. Alguien más terminó siempre comiéndose lo que yo había cazado.

Y ya. Eso es todo. Es la historia de mi vida… en el aspecto romántico. Triste pero cierto. Incluso soy mejor en lo sexual que en eso. Yo de amores no sé nada y soy pésima para esas relaciones, pero es la primera vez que me atrevo a decir que es por miedo y no porque no quiera. Sólo lo escribí como desahogo. Pero si alguien tiene algo que decir o está interesado en enseñarme cómo funciona el coqueteo y todo eso, es libre de comentar y lo agradeceré.

lunes, 7 de septiembre de 2009

el 7 de septiembre

...es nuestro aniversario.

¿De quién? Pues mío con mi futuro prometido (cuando tenga uno)... hªhªhªhª. Es que si ha de haber alguno, es un REQUISITO indispensable que el 7 de septiembre inicie la relación, para que cada 7 de septiembre sea nuestro aniversario.

Es de las pocas fechas que conozco que tienen canción, y esta es una de Mecano, uno de mis grupos favoritos de toda la vida, ergo, quiero que mi aniversario tenga una bella canción.


http://www.youtube.com/watch?v=icwr56R5LBI