sábado, 11 de julio de 2009

De lunes a viernes

Hubo una vez una princesa que creció teniéndolo todo a la mano y jamás tuvo que esforzarse por nada. De lunes a viernes descansaba y los fines de semana tenía ganas de trabajar. En cambio, el Rey trabajaba de lunes a viernes, y el fin de semana tenía ganas de descansar. Por eso la princesa no salía nunca del palacio, y eso estuvo bien por un tiempo, mientras la princesa aún necesitaba la cercanía de sus padres. Pero más tarde la princesa ya había leído muchos libros sobre lugares remotos y cómo andar en ellos sin perderse; desde luego quiso poner en práctica sus recientemente adquiridos conocimientos. Para esto, consultó a sus padres, quienes parecían apoyarla en todo lo que ella necesitara, siempre y cuando pudieran estar ellos al pendiente de su hija. Por eso le permitieron salir con la condición de que saliera con ellos. Siempre con ellos. Sin embargo, los fines de semana el Rey seguía demasiado cansado como para salir, entonces le pedía a la princesa que se conformara con los jardines del palacio. Y la resignada princesa no podía más que sentarse al borde del lago, triste y aburrida… soñando despierta con sapos encantados que algún día encontraría si se atreviera a dejar de ser una princesa. “Mientras vivas en este palacio, tendrás que conformarte con salir cuando nosotros salgamos contigo”, decía el Rey, y las lágrimas de impotencia brotaban en los ojos de la joven. “¿Por qué tengo que renunciar a mi propio hogar para realizar mis sueños?”, se lamentaba. No obstante, lo que aquella princesa no sabía era que por cada vez que le negaron una oportunidad de hacer algo por ella misma, una fuerza interior crecía por dentro, poco a poco… como un río desbordante que pronto reventaría en una cascada, y cuando eso ocurriera, la princesa renunciaría a la realeza para convertirse en una plebeya con un trabajo duro y pesado… Los fines de semana querría descansar, y de lunes a viernes trabajaría... pero también de lunes a viernes sería libre. Mientras fuera libre, sería feliz.

viernes, 10 de julio de 2009

Confesiones

Anoche soñé... bueno, no recuerdo el sueño completo, pero en la última parte de mi sueño, mis papás y yo veíamos en un anuncio de T.V. que la casa de Tatiana (sí, la "reina de los niños") se había convertido en una especie de museo, como la casa de Frida Kahlo, y podíamos ir a visitarla. Entonces, como no teníamos nada mejor que hacer un fin de semana (como casi nunca, verdad?) pues les propuse ir, y ahí estábamos. Y lo más gracioso es que era una casa... pues sí, con aires de museo. Arquitectura churrigueresca... parecía el Palacio Nacional por dentro, hahaha. Había fotos de ella y su familia, luego el guía nos platicaba de cómo la maltrataba Andrés Puente o como sea que se llamara su esposo... en fin. Todo "espapirifáctico" el asunto.
Cuando hube terminado de ver lo que había dentro, me fui al área donde venden libros y otras cosas interesantes de arte y cultura. Sí, esa es una costumbre mía cada vez que visito un museo. En ningún otro lugar encuentro tantos tesoros concentrados. Me puse a cantar. También tengo esa costumbre, siempre que estoy vagando sola por un lugar... me pongo a cantar. He llegado a la conclusión de que más que un acto instintivo, es algo que hago para no sentirme estúpida o perdida vagando sola; es un método que uso para concentrarme y no permitirme mirar a nadie a los ojos... sé que quizás es más estúpido ver a una persona que canta mientras vaga, pero en mí ocurre lo contrario: el cantar me da seguridad.
En eso estaba cuando escuché que alguien comenzaba a cantar en voz alta también, la misma canción que yo. Creo que estaba practicando o algo, y al parecer venía acompañada, porque entre risitas hacía comentarios del lugar donde se iba a presentar. Tenía una voz algo presumida. Yo continuaba viendo libros, pero seguía escuchándola. Me desconcentró. Ella seguía cantando y al escuchar su impresionante y melodiosa voz dejé de cantar yo. Ella... cantaba mejor que yo. Por mucho. Llegaba a esa nota sostenida que yo he podido dar contadas veces solamente arañando. Cuando al fin pude dignarme a voltear a verla, me di cuenta de que era una chica bastante corriente. Es decir, no poseía una belleza extraordinaria, se veía más desarreglada que yo... y eso ya es decir bastante. Luego vi que llegaron más personas con la misma clase de atuendo que ella. Ella se iba transformando hasta parecer la Madre Teresa, pero con el tamaño del famoso Margarito... igual, con muchas arrugas y con lentes. Y las luces se apagaron, el salón se iluminaba por focos de colores y ella estaba al centro. Entonces comenzaba a inundar el museo con su potente y preciosa voz. Y sentí envidia.
Mis padres ya querían irse, así que los acompañé a la salida, pero antes de salir, volteé hacia donde estaba aquella mujer... y me di cuenta de algo. Debo dejar de asociar la belleza con la perfección y el talento. A nadie le importaba cuán horrible podía ser ella, porque cantaba mucho mejor que muchas cantantes más bellas que yo conozco...
Con un poco de suerte, analizando mi sueño, esa mujer podía ser yo...

lunes, 6 de julio de 2009

Vocación

"La vocación es la única condición humana que alguna vez superó al amor"
- palabras inmortales de Gabriel García Márquez, si no recuerdo mal...






Estoy inmensamente feliz. Hace unas cuantas horas tuve la oportunidad de ver Wicked en México, presentada por escenario3, una escuela de comedia musical en el D.F. Y aunque no son profesionales aún (no dudo que en un futuro siga sabiendo de ellos, o incluso comaprta trabajo), me quedé sin palabras en varias ocasiones, al borde de las lágrimas por la emoción. En primer lugar, porque es casi increíble el talento que tienen las personas que tengo en frente (btw, el mundo es tan pequeño que me di cuenta que en el ensamble había una conocida mía, hahaha).
En segundo lugar, porque yo vendería mi alma por estar en su lugar en ese momento. Y en tercero, porque entre el público estaba Bianca Marroquín. La mexicana que ha logrado llegar a Broadway. La misma. La persona que admiro tanto por esto mismo, poseedora de un talento y una sencillez incomparables. Bueno, tal vez exagero, porque el talento muchos lo tienen, pero esa sencillez y aquello que la llevó tan lejos... no cualquiera lo tiene.

En fin. Supe de su presencia porque me la encontré en el baño de mujeres. Siempre me ocurre a mí, no sé por qué. Me encuentro con celebridadas formadas justo detrás de mí en baños públicos. Pero no quise pedirle una firma ni saludarla ni nada. No sé, siento raro haciendo eso; temo incomodar a la gente, etc. Pero la vi. Y entonces me imaginé lo especial que debe haber sido para la Elphaba de esa función el que Bianca la buscara y la abrazara, la felicitara frente a todos...

Yo quiero ser Elphaba. Yo sé que podré dar esas notas, porque tengo lo necesario. Ni siquiera hay que tener un color especial de piel para ser Elphaba....

...pero yo sólo sueño, la verdad no sé si el viento quiera llevarme a donde pertenezco...

Dory Gray

El viernes pasado fui a un bar donde se presentan los comediantes. Los famosos comediantes que a veces salen en un programa de TV que se llama igual que el sujeto de esta oración. Yo estaba… pues algo contenta, porque mi madre fue quien propuso ir ahí y es raro que mi madre tenga ganas de ir a un lugar específico, sobre todo cuando ya es de noche. Sin embargo, me sentí ofendida al intentar entrar al lugar.

Resulta que mi madre primero preguntó si dejaban pasar a una menor de edad (que era mi hermana) de 16 en compañía de sus padres. Le respondieron que sí, pero debíamos escoger una mesa del fondo. Aceptamos. Entonces yo me bajé de la camioneta, y resulta que justo atrás de nuestra camioneta venían unos parientes nuestros. Eso ya animó la cosa. Si se planeaba no salía así… haha. Fue una coincidencia PRO. El caso es que ya que nos disponíamos a entrar, el guardia de la entrada nos miró a mi hermana y a mí y le dijo a mi mamá “No, señora. Le dijimos que una estaba bien, pero dos menores de edad no podemos aceptar. Lo siento.” Y mi mamá me soltó una risita traviesa y luego le respondió al señor “Pero ella –volteando a verme- ya es mayor de edad.” Y el señor se rió y dijo que estaba bien, pero luego un chico antes de subir unos escalones me pidió que le mostrara mi credencial de elector. Se la mostré divertida, y luego le pregunté de cuántos años me veía, y el tipo me respondió que de unos 14 o 15 años. Casi me infarto.

¡¿QUÉ?¡

“…pero si hace poco más de un año que soy “adulta”, en fin…” –pensé y le respondí con una sonrisa. Luego escuché que mi madre le comentaba al otro señor: “Es que ella es la mayor, pero siento que la menor se ve más grande, varias veces nos lo han dicho.”

Y surgió un nuevo trauma en mi existencia. Es verdad. No es la primera vez que trato hacer algo que ya no me impide mi edad y me cuestionan. Ellos no comprenden que el que te digan que pareces de 20 cuando tienes 25 es un cumplido. Pero que te digan que pareces de 14 o 15 cuando ya vas como 5 años adelante es un insulto. O al menos para mí lo es. Es como decirme “es que estás tan plana…”, “es que no tienes cuerpo de mujer todavía…”, “es que te ves demasiado harapienta, fodonga, desarreglada para tener la edad que tienes”. Entonces decidí que a partir de ese momento debía hallar la manera de sacarme partido y sacarle partido a mi edad… o incluso podría sacar partido del hecho de que me veo más joven de lo que realmente soy. Pero no lo comprendo… hace unos mese me han dicho que me veo un poco mayor de lo que soy. ¿Quién entiende sobre la percepción?

Ni hablar. Pensándolo bien, espero que en unos 10 años me sigan diciendo que me veo más joven. Hasta entonces comprenderé que este trauma es tan sólo parte de mi encanto.




P.D. IB DIPLOMA AWARDED! It cost me sweat, blood and tears... I sacrificed my own body, dammit! I'll fucking kiss the ground, I swear... :'D

domingo, 5 de julio de 2009

03.07.09


Anoche soñé que íbamos de excursión pero partíamos de noche. Y por alguna extraña razón a mí me tocaba manejar, pero yo no sabía manejar tan bien, entonces tan sólo empujaba mi coche con mi torso, y lo andaba con las piernas, porque esperaba el mejor momento para subirme completa, pero no podía porque constantemente pasaban otros coches y me daba miedo que me fueran a chocar mientras me subía. Finalmente lo lograba. Íbamos comandados por una tía mía a la que le gusta explorar. O tal vez era comandada por mí; no lo recuerdo. Pero llegábamos de día a un lugar donde había un grupo de personas que eran como aborígenes, o eso parecía. Una civilización diferente a la nuestra. O tal vez sólo era naturaleza extraña que nos rechazaba. Y no les agradaba mucho nuestra presencia, pero no recuerdo si mi tía o yo habíamos acudido a ayudarlos y a convivir con ellos, entonces ya nos aceptaron en su territorio. Y entre las personas que habíamos ido se encontraba mi abuelita (creo que es la primera o segunda vez que sueño con ella desde que murió). Me decía algo sobre unas revistas que tenía que buscar en la casa, que eran para mí y para una tía mía que es su hija. También tenía yo una cita importante muy próxima a la fecha de la excursión, entonces ella me decía que usara una blusa negra que creo me acababa de comprar ella y pretendía regalármela para esa ocasión especial. La extraño mucho. Desde que murió he estado esperando soñarla o encontrármela o escuchar su voz por ahí, esperando una señal o algo así, pero lo único que ha ocurrido es que mi cuarto tuvo un aroma a azaleas durante un tiempo. Ahora ha desaparecido. Quiero ese aroma de vuelta. Sin embargo, anoche la soñé y me dijo algo que tiene mucho sentido… tal vez es la señal que había estado esperando, aún siendo fabricada por mi propio subconsciente, pero prefiero pensar que sí era ella quien la enviaba.

sábado, 4 de julio de 2009

01.07.09


Soñé que había una reunión familiar en mi casa a la que no nos habían invitado a mis papás ni a mí, pero era evidente que nos íbamos a dar cuenta aunque nuestra presencia no fuera requerida ahí. Así que al llegar yo preguntaba si podía entrar a la reunión y una vez que me aceptaron, los mandaba a volar nada más por molestar. Entre broma y broma la verdad se asoma. Después me ponía a jugar con las amigas de mi hermana simulando que unos popotes rosas eran nuestros cigarrillos, pero mi hermana no estaba con nosotras. Luego entrábamos a mi casa y pronto entraron a buscarme mis primos más cercanos para pedirme prestado un micrófono (porque supuestamente en mi casa había varios y la mayoría eran míos), porque en la reunión alguien quería decir unas palabras. Pero yo no les prestaba nada argumentando que todos los micrófonos estaban descompuestos, entonces mis primos comenzaron a mostrarme trucos con diversos aparatos. Fernando se tragaba la bola de uno de mis micrófonos sin que se le notara la bola del micrófono dentro de la nuca (y esto era visto muy normal en mi sueño), y Diana tomaba un amplificador y le arrancaba una parte haciéndola desaparecer como si penetrara a través de su estómago, pero no se rompía su piel ni nada. Sólo desaparecía esa parte del amplificador. Yo me reía y me divertía con ellos, olvidando que mis tíos no nos querían en su reunión en nuestra propia casa… Y ahí terminó ese sueño.

viernes, 3 de julio de 2009

Hace tres días soñé que había un evento importante en mi escuela (ex-… quise decir). Pero no se parecía a mi escuela, sino a un lugar un poco más ejecutivo. Todo era más formal, pero sabía que era algo escolar. Íbamos a hacer una presentación mi grupo y yo… creo que de canto y baile, por lo que sentía en mi sueño. Había un escenario enorme y alto, como un teatro, y muchos reflectores encima. En el público estaban todos nuestros padres y mucha más gente de la escuela de otras generaciones y todo… Yo le había pedido a un desconocido que me acompañara. En realidad no es tan desconocido, pues ya he visto su rostro en fotografías, pero jamás he cruzado una palabra directamente con él. A juzgar por nuestro comportamiento en mi sueño, parecía que ya llevábamos tiempo conociéndonos en persona.

Era la hora del banquete, y nos sentábamos a la mesa. Una de mis mejores amigas en mi ex -escuela se nos unía y creo a que a ella le gustaba mi acompañante. Pero él me prestaba más atención a mí, y como yo estaba muerta de nervios, él me ofrecía palabras relajantes. Era un joven de pocas pero precisas palabras, por lo que no eran necesarios los comentarios largos de su parte. Tenía una voz agradable y graciosa; por su forma de expresarse podría pensarse que se encontraba bajo la influencia de alguna sustancia tóxica, pero él era así en mi sueño. No se había metido nada.

Cada vez sentía más cerca el momento de treparme al escenario. Ya estaba vestida (con un vestido largo y color crema o beige, y un sombrero como de campesina), y cargando cosas de un lado para otro. Hubo una especie de concurso para entretener al público en lo que terminaban de preparar el escenario, y mis papás me veían en mis prisas y aún así me pedían que participara. Yo acepté, porque sabía que ganaría muy rápido. No recuerdo en qué consistía el concurso, pero gané en un santiamén y les encargaba mis premios a mis papás mientras atravesaba el foro para poder entrar al escenario tras bambalinas. Y ahí se acabó mi sueño.

jueves, 2 de julio de 2009

También hace cuatro días soñé. Soñé que estaba en Six Flags con Pamela (la última vez que la vi fue en mi graduación, pero hace muchísimo tiempo que no la veía antes de eso… como tres años) y otras amigas, pero no recuerdo a las demás. Pamela ha sido una de mis mejores amigas con derechos de antigüedad. No sé qué hacía ella en Six Flags porque no le gusta, pero ella me estaba convenciendo de subirme al Dark Knight Coaster (la atracción más nueva). Yo le decía que no porque me dan mucho miedo los juegos fuertes. Pero ella me respondía: “¿Pero cómo no te vas a subir a ese, Sheep (es de las pocas amigas que me siguen llamando así), si ya te subiste al Batman que está más fuerte?”. Y yo permanecía firme en mi negativa. Entonces nos quedamos pensando un momento, mientras yo me asomaba al Dark Knight Coaster; entonces me daba cuenta que era exactamente igual que el Batman: The Ride, sólo cambiaban los colores, los dibujos (uno era verde, amarillo y morado y tenía como emblema el rostro de The Joker, y el otro era negro y tenía el emblema de Batman) y algunas vueltas (en mi sueño, ambos juegos eran como “Catarinas”, juegos con subidas y bajadas y mucha adrenalina, pero nada del otro mundo). Y cuando al fin me animaba a subirme (odio las montañas rusas y las bajadas, pero estaba superando mi miedo en mi sueño), ya no veía a Pamela y despertaba.

miércoles, 1 de julio de 2009

Sueños

Estos últimos días he sido capaz de recordar lo que he soñado.

Hace unos cinco días soñé que seguía en una especie de prueba para entrar a una escuela de teatro y tenía que recorrer todo el campus (que era enorme, por cierto) en busca de algo. No recuerdo de qué… creo que del resto de mis compañeros de equipo, porque al principio estábamos todos juntos, pero luego nos fuimos separando buscando algo. No recuerdo qué. Quizás un salón. Pero había más equipos y todos corríamos por todos lados y avanzábamos contrarreloj. Y en el camino me iba encontrando gente que me sonreía y me apoyaba; tenía la misma sensación que había tenido unos días antes, cuando seguía en las pruebas, pero en las reales. Cada persona que me sonreía o me saludaba me mostraba cierto calor… o tal vez era yo la que lo interpretaba así nada más, pero sentía que me estaban apoyando; que con una sola mirada me deseaban toda la suerte del mundo y trataban de recordar mi nombre y mi rostro, porque sabían que quizás en unos años me encontrarían por todas partes…

Entonces yo corría como loca y me encontraba a Rejas (hace como dos o tres años que no la veo en persona) en el intermedio de unas escaleras. Yo iba para abajo y ella para arriba. Creo que yo estaba a punto de llegar a donde tenía que llegar… era un salón negro forrado de blanco donde había muchas lámparas y reflectores… cables… cámaras… Me saludaba con gusto, me daba un abrazo y me deseaba suerte. En la realidad ya lo ha hecho; me ha dicho que me cree poseedora de un talento muy grande y me ha llegado a comparar con otros talentos ya conocidos. No sé por qué me la encontré precisamente a ella. Tal vez porque la recuerdo como una persona que siempre te anima a dar lo mejor de ti y ser lo que quieres ser… y bueno, también me dirigió cuando participé en “El Diluvio Que Viene”. Luego desperté, pero me quedé pensando en mi sueño. Las emociones habían sido muy reales, pero yo sé perfectamente que ya quedé eliminada del proceso de selección (este año…). ¿Qué me querrá decir mi subconsciente?