miércoles, 18 de noviembre de 2009

Una teoría sobre las recámaras

Yo tengo una teoría sobre las recámaras y ésta es que tu vida estará tan ordenada como lo esté tu recámara.

Mi cuarto es un desorden, así que ya se imaginarán lo que es mi vida.

Estos últimos días me he estado disponiendo a limpiar y a deshacerme de todo lo que ya no me sirve. He encontrado basura, basura y más básura. Y recuerdos. Sobre todo recuerdos. Me duele deshacerme de algunas cosas porque el verlas me hace recordar por qué las guardaba, pero ahora sólo ocupan espacio. Tendré que tirar muchas cosas que no quería tirar, pero es que necesito un cambio urgente.

Quiero cambiar mi cuarto. Pintarlo de otro color. Pegar todas las cosas que siempre he querido pegar. Decorar. Darle un poco más de personalidad. Si una persona entrara a mi recámara, difícilmente puede deducir a quién pertenece. Mi recámara es mi espacio... es donde hallo todas mis herramientas, así que tengo que darle el cuidado y el mantenimiento necesarios.

En fin. A ver cómo me va limpiando mis muñecas y a ver dónde diablos meto tanto juguete del Happy Meal de McDonald's. Ya les contaré si algún día termino.

Cambio y fuera.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Alfileres

Anoche tuve un sueño muy extraño. En realidad no recuerdo cómo llegamos a esta parte del sueño, pero recuerdo que estábamos en la preparatoria de nuevo, pero en un salón distinto. Parecía más un salón de kinder por la decoración, el pizarroncito, los colores, los gises... El caso es que una mujer cuyo rostro no recuerdo, pero sabíamos que era la psicóloga de la escuela o tal vez era la profesora de inglés, nos aplicaba una dinámica de las que solían hacernos reflexionar. Nos daba cinco alfileres a cada quién. Una de mis mejores amigas se encontraba en la misma banca que yo. Todos juntamos las bancas en círculo, o eso suponía yo en mi sueño. En realidad no me fijaba mucho en lo que hacían los demás porque así me comporto siempre en clase. Ni siquiera recuerdo si habíamos recibido una instrucción sobre qué hacer con los alfileres, pero mi compañera, es decir, mi amiga y yo supimos muy bien, de repente, lo que teníamos que hacer con los alfileres. Comenzamos a perforarnos la una a la otra. Ella me clavó uno entre el mentón y mi labio inferior, otro en mi oreja izquierda, otro en mi párpado inferior derecho y otro en el izquierdo. El último me lo clavó en la aleta derecha de la nariz. Lo curioso es que casi no me dolía. Apenas me molestaban, y ninguno sangró demasiado, excepto el del mentón, que sangraba y yo podía saborear mi propia sangre, pero no era nada demasiado molesto. Incluso tuve una sensación de fortaleza, de seguridad en mí misma, como si el hacer lo que estábamos haciendo nos hiciera personas más hermosas por fuera y por dentro. Yo hice lo mismo con ella... no recuerdo exactamente qué le perforé; creo que casi lo mismo, pero en lugar del párpado izquierdo o derecho, le perforé la otra oreja. Luego observé a mi alrededor y me di cuenta que casi nadie se estaba perforando; algunos construían maquetas con sus alfileres; otros dibujaban o las clavaban en la mesa, pero mi compañera me decía que nosotras lo habíamos hecho muy bien. De pronto la maestra dió por terminada la dinámica y nos dijo a toda la clase que mi amiga y yo habíamos sido las únicas en comprender el verdadero significado de dicha dinámica. Que habíamos creado arte puro en nuestros cuerpos. Y ya no lo puso en palabras, ni nosotras lo compartimos con el resto de los compañeros, pero ambas nos sentíamos diferentes y comprendíamos lo que habían sido scuerpos y mentes antes y después de dicha actividad. Hubo un cambio. No puedo explicarlo, pero luego nos quitamos nuestros alfileres y un chico rudo me invitó a salir. Íbamos a ver la película de Star Wars (no recuerdo cuál de todas ni si se trataba de una nueva) en 3D en unos cines de aquéllos en los que se mueven los asientos de acuerdo a la acción, pero nos entretuvimos platicando el uno del otro y nos metimos a ver la película cuando ya era algo tarde y mi padre podía llegar por mí en cualquier momento. Aún así entré con el chico y me quedé un rato, pero lo perdí de vista así que tomé un asiento cualquiera y me disponía a disfrutar la película cuando mi padré me llamó y supe que era hora de irme. No me pude despedir del chico, ni reconocer su rostro, pero recuerdo que era rudo, fuerte y quería protegerme.

Fin de mi sueño. ¿Alguna sugerencia de interpretación?

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Nueva piel

Quisiera tener una nueva piel. Una inmaculada. Creo que si cambio y comienzo a cuidar mejor mi instrumento, podré evolucionar y ESA será mi nueva piel. Es la misma, pero sin células muertas, sin caricias indeseadas, sin descuidos. Es la misma, pero en su mejor punto, más fuerte, suave y pura.

Pureza.

Quisiera limpiar mi cuerpo y mi mente. Comenzar una vez más desde cero. Y esta vez podré decir "NO" sin dudar de mi proceder, porque estaré segura de lo que pienso.

Me falta muuuucho por conocer de mí misma.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Abrir los ojos/ Cerrar los ojos

Yo que vivía en un mundo rosa y feliz...

y acabo de caer en cuenta que llevo unos 11 años padeciendo gastritis.

No puedo comer prácticamente nada. Todo lo que me gusta me hace daño. No debo comer chocolates, no debo tomar café, no puedo consumir grasas ni azúcares refinadas. No puedo comer cítricos, ni lácteos ni embutidos; no puedo comer carne más de dos veces al mes. Comer leguminosas puede resultar en una explosión estomacal. Los picantes y los ácidos me matan. Si no como cuando me toca comer, aunque esté en la escuela o tenga cosas que hacer en ese momento, me da reflujo o me duele el estómago o me lleno de aire. No puedo beber alcohol ni fumar... bueno, eso no es problema, porque en realidad odio el tabaco y casi nunca bebo. Pero odio esta situación. En realidad no es que yo sea uber cuidadosa con mi dieta, sin embargo, sé que debería serlo. Es como un requisito si quiero seguir cantando... pues el maldito ácido que tengo en el estómago puede llegar a quemar mis cuerdas si no me controlo a tiempo.

Argh. ¿Qué es lo único que puedo comer entonces? ¿Pollo, pescado y vegetales? Quisiera poder comer de todo. Me gusta comer de casi todo; lo malo es que siendo de México no puedo comer ningún platillo típico porque todo me hace daño. Menos los nopales =/.

Te odio, maldita y estúpida gastritis de mierda. Pero tengo que cuidarme, ya no comeré nada de lo que me gusta aunque me duela en el alma.



P.D. Hace unos días desperté y me fui a dormir otra vez al cuarto de mi mamá. Soñé con dos perros: el mío, que es beige, y otro que yo no conocía, pero era negro y se aprovechaba de la nobleza de mi perro. Me caía mal. Yo quería deshacerme de él, pero no sabía cómo. Cuando descubrí que ese perror podía convertirse en hombre, y al ver que yo le agradaba, decidí que lo seduciría para controlarlo a mi antojo. Me desnudé frente a él a própósito, y quería que él observara cómo me daba una ducha. Lo malo fue que al ver su mirada, no pude contenerme y me enamoré. Tenía el cabello largo, los ojos claros y una mirada masculina penetrante de aquellas que desarman. Entonces ya no tenía que seducirlo, porque él me deseaba tanto como yo a él. Nos metimos juntos a la regadera y justo cuando comenzaba a besarme y a encender mis muslos con sus caricias, alguien intentaba entrar en la recámara, así que tuve que pedirle que se fuera. Y se fue por la ventana convertido en perro nuevamente. Eran un par de amigas mías con quienes compartía el cuarto del hotel porque estábamos de viaje en un pueblo. Les extrañó que yo ya estuviera lista para bañarme, pues era de madrugada y ni siquiera busqué mi toalla y mi jabón. Sólo me había metido. En fin, no hicieron más preguntas y salieron de nuevo. Y en eso desperté.

ARGH. Estaba a punto de entregar mi virginidad -en sueños-.